lunes, 31 de agosto de 2009

salmo 12 .trabajos seleccionados





Estos los trabajos seleccionados de esta Semana. Se publicaran El trabajo mejor presentado, y el mas original. Esata semana, corresponden a Elisabet, y a Noelia.

jueves, 13 de agosto de 2009

2. Examen de fe

Objetivos

Descubrir cuánta fe tenemos: poca o mucha. Proponernos pedir cada día a Jesús que aumente nuestra fe.

Reflexión
Como veíamos en el tema anterior, necesitamos la fe y sin fe no podemos hacer nada: “Sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan” (Hb 11,6). Sin fe no podemos agradar a Dios. Si alguno de vosotros quiere agradar a Dios tendrá que poner en marcha toda la fe que tenga, no importa si es poca o mucha. Lo importante es empezar. ¿De qué sirve un tren parado que nunca se pone en marcha? […] De nada, no puede cumplir su función de llevar a los pasajeros de un lugar a otro. ¿De qué se sirve una semilla que se planta en la tierra si nadie la riega? […] De nada, es unos días se morirá. Hay que ponerse en marcha y practicar la fe. Si quieres llegar a ser un buen músico o un buen médico o un buen veterinario o una buena maestra o un buen fontanero o… deberás ponerte en marcha ya, estudiando en el colegio. Si queremos agradar a Dios, si queremos caminar hacia él deberemos poner en marcha ya la fe.
Hagamos un examen de cómo está nuestra fe. El examen, se aprueba con un 5 y se consigue un sobresaliente con un 10.
“Todo cuanto pidáis con fe en la oración, lo recibiréis” (Mt 21,22). “Si pedís algo en mi nombre, yo lo haré” (Jn 14,14). Esta oración ha de ser siempre pidiendo según la voluntad de Dios, según los criterios de Dios, buscando lo agradable y perfecto a Dios. ¿Alguno puede contarnos algo que ha pedido con fe, para él o para los demás y Dios lo ha concedido? […] Si la respuesta es afirmativa suma 4 puntos.
“El que crea en mí, hará él también las obras que yo hago y hará mayores aún” (Jn 14,12). El que crea en Jesús, el que tenga fe en Jesús hará milagros como los que hizo Jesús. ¿Alguno ha convertido el agua en vino? […] Jesús lo hizo en las bodas de Caná. ¿Alguno ha parado alguna vez una tormenta? […] Jesús lo hizo cuando navega en una barca con sus discípulos. ¿Alguno ha orado por un ciego y ha sido sanado? […] Jesús no sólo ha sanado a un ciego, sino a muchos ciegos, sordos, cojos y hasta ha resucitado a los que estaban muertos. Si tú has hecho obras como las que Jesús hacía y sigue haciendo, suma 10 puntos a tu examen. Eso es una matrícula de honor. Y las matrículas de honor son posibles, ya verás.
Los discípulos de Jesús también tenían poca fe y Jesús se enfadó con ellos por su falta de fe. Escuchad: “Este día, al atardecer, les dice: «Pasemos a la otra orilla.» Despiden a la gente y le llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con él. En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca. Él estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?» Él, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: «¡Calla, enmudece!» El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza. Y les dijo: «¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?» Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: «Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?»” (Mc 4,35-41). “¿Cómo no tenéis fe?”, les dijo Jesús, seguramente un poco enfadado. Tal vez también te lo dice a ti: ¿cómo es que no tienes fe? […] No sabes que yo, Jesús, tengo poder sobre todo lo creado. No sabes que yo, Jesús, te amo y no voy a dejar que te pierdas, no te dejaré ni abandonaré. Los discípulos le gritaron: “Maestro, ¿no te importa que perezcamos?”, que quiere decir “Maestro, Señor, ¿no te importa que nos hundamos o que muramos?”. Claro que le importa. No lo olvidéis: Jesús quiere a sus discípulos, te quiere a ti y le importas mucho.
“Porque yo os aseguro: si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: ‘Desplázate de aquí allá’, y se desplazará, y nada os será imposible” (Mt 17,20). ¿Alguno ha movido alguna vez una montaña? […] Si la respuesta es afirmativa suma también 10 puntos. Me dirás que eso es imposible. Es cierto, es imposible para un hombre pero no es imposible para Dios. Cuando pedimos con fe, lo que hacemos es llamar a quien lo puede hacer, a la Trinidad: Dios Padre todopoderoso, su Hijo único Jesucristo y el Espíritu Santo. Yo conozco un hombre que tenía fe y que hizo mover el mar. ¿Sabes de quién se trata? […] Es Moisés. Moisés llamó a Dios, le invocó con toda la fe que tenía y entonces movió el mar. No fue Moisés quien movió el mar, separando las aguas a izquierda y a derecha (cf. Ex 14,21-22). Fue Dios quien obró el milagro, pero para ese milagro hacía falta que Moisés lo pidiera con fe.
“Por tanto, la fe viene de la predicación, y la predicación, por la palabra de Cristo” (Rm 10,17). Si alguno ha confesado alguna vez que cree en Jesucristo, suma 2 puntos. Si alguno suele hablar con sus amigos de Jesucristo suma 4 puntos.


¿Cómo ha ido el examen? […] ¿Hemos suspendido o aprobado? Los que hemos suspendido, todavía tenemos la oportunidad de recuperar. Podemos pedir a Jesús como lo hacía un padre muy preocupado y triste por la enfermedad de su hijo: ”¡Creo. Ayuda mi poca fe!“ (Mc 9,22-24). Pidamos todos los días a Jesús que aumente nuestra fe y él lo hará.

1. Todo comienza por la fe

Objetivos
Descubrir que no podemos esperar a entender la fe para decidirnos a creer.
Tomar la fe como pieza fundamental de nuestra mochila para caminar como cristianos en este nuevo curso.

Reflexión
El otro día mi sobrino Juan preguntó a mi abuela. “Abuela, ¿tienes wifi en casa?” Mi abuela se quedó mirando a su bisnieto sin comprender y respondió: “La abuela no tiene eso que dices, ¿qué es?” Mi sobrino Juan no sabe explicar que es un sistema wifi, pero sabe que con él se puede conectar a Internet en cualquier parte y jugar. Juan no puede tocar ni explicar ni comprender qué es Internet o un sistema wifi de conexión, pero no le hace falta entender para creer. No hace falta entender cómo se transmite la luz por los cables o cómo se genera, creemos que hay luz y oscuridad. [Poned ejemplos de cosas en las que creemos pero que no entendemos o que no podemos ver: que la tierra es redonda, que los aviones vuelan, que los cocodrilos cambian los dientes cada dos años,…] También hay muchas realidades espirituales, como la fe, que no entendemos pero las creemos. No podemos esperar a entender la fe para creer.
¿Crees? […] ¿En qué crees? […] Creer significa poner la confianza y fiarse de corazón en algo o alguien, que sabemos que no nos va a fallar. Sólo hay algo o alguien que sabemos que nunca nos va a fallar, que es verdadero, infinito y eterno. ¿Quién es ese alguien? […] Es Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo. “Confiad en el Señor por siempre jamás porque en el Señor tenéis una Roca eterna” (Is 26,4). Yo creo en Dios, y creo que su Palabra es verdadera, y tú, ¿lo crees? […] Dilo en voz alta, para que al decirlo aumente tu fe en Dios.
La fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural que Dios da a todos los hombres: a los niños y a los mayores. Aprovecha que eres niño para aumentar tu fe y así cuando llegues a mayor tener una fe tan grande que pase lo que pase nada ni nadie te la podrá quitar. “La fe es la garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven” (Hb 11,1).
¿Cómo podemos construir un edificio si no ponemos antes los pilares? […] ¿Cómo podremos caminar por el camino de santidad sin fe? […] Debemos equiparnos con la fe. La fe nos ayuda a caminar con seguridad y a vencer las dificultades que podamos encontrarnos. Con la fe podremos realizar grandes cosas. “¡Todo es posible para quien cree!” (Mc 9,23). Con la fe veremos la gloria de Dios. Jesús le dijo a Marta: ”¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?” (Jn 11,40).
La fe es:
el desayuno por la mañana que hace falta para comenzar el día con energías;
son los músculos de nuestro cuerpo. Sin los músculos no podríamos sostener la cabeza, sin los músculos de los brazos no podríamos jugar o escribir, sin los músculos de las piernas no podríamos andar, sin los músculos de la cara no podríamos masticar… Si cuidamos y ejercitamos nuestros músculos nos mantenemos sanos y fuertes. Si cuidamos y ejercitamos nuestra fe nos pondremos fuertes para caminar como verdaderos cristianos;
el escudo que necesita un soldado para ir a la batalla. “Poneos en pie, ceñida vuestra cintura con la verdad y revestidos de la justicia como coraza, calzados los pies con el celo por el Evangelio de la paz, embrazando siempre el escudo de la fe” (Ef 6,14-16).
Caminemos este nuevo curso siempre con el escudo de la fe. Éste es el tiempo de la fe. En la vida eterna ya no necesitaremos la fe porque veremos a Dios. “Mientras habitamos en el cuerpo, vivimos lejos del Señor, pues caminamos en la fe, no en la visión” (2 Co 5,6-7). Necesitamos la fe y sin fe no podemos hacer nada: “Sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan” (Hb 11,6).